Es difícil poner nombre y apellidos a una enfermedad. Y mucho más si los diagnósticos tardan en llegar. Por eso, en las historias que comparto, no pongo como título el nombre de la dolencia, pongo TU nombre.

Porque nadie es igual a nadie, por mucho cáncer y estadísticas, que nos meten en ese mismo saco.

Tú eres tú y tu enfermedad será otro camino más por el que transitar.

La humanidad de Biel, para mí también, es difícil de explicar, porque aún no encuentro la palabra para definir lo especial que es para mí.

Es difícil poner nombre y apellidos a una enfermedad. Y mucho más si los diagnósticos tardan en llegar. Por eso, en las historias que comparto, no pongo como título el nombre de la dolencia, pongo TU nombre.

Porque nadie es igual a nadie, por mucho cáncer y estadísticas, que nos meten en ese mismo saco.

Tú eres tú y tu enfermedad será otro camino más por el que transitar.

La humanidad de Biel, para mí también, es difícil de explicar, porque aún no encuentro la palabra para definir lo especial que es para mí.

A raíz de una fuerte depresión que arrastraba desde hacía años, vivía estancada en el pasado que no me permitía avanzar y seguir adelante sin soltar la mochila tan pesada, cargada de sufrimiento, dolor, pensamientos destructivos, rabia, impotencia por todo mi doloroso pasado, que no me permitía encontrar la paz y tranquilidad que tanto anhelaba y merecía.